Cada vez que le comento a alguien sobre qué hice en mis viajes cortos a Colombia, suelo encontrar muecas de desaprobación. Incluso sobre qué planeo hacer cuando viaje a otros destinos más allá de los tres países que gobiernan, para bien o para mal, mi vida en los últimos cuatro años: Costa Rica, Colombia y Panamá.
Me recuerda a la conceptualización que hace Lorrie Moore frente a la pregunta de cómo hacerse escritora: "Fracasa estrepitosamente. Lo mejor es que fracases a edad temprana... La desilusión temprana, grave, es necesaria, para que puedas escribir largas secuencias sobre el deseo frustrado" Pienso que ser un mal turista es fracasar frente a los estándares del turismo comercial y, muchas veces sin darse cuenta, triunfar en la exploración y creación de historias propias y ajenas.
Es súper interesante eso que dice Lorrie Moore. La comedia y la escritura también tienen un romance con el fracaso, la anécdotas de fallar antes de encontrar el camino correcto, son más fáciles de tener empatía que aquellas del camino perfecto, esperado y fácil.
Me recuerda a la conceptualización que hace Lorrie Moore frente a la pregunta de cómo hacerse escritora: "Fracasa estrepitosamente. Lo mejor es que fracases a edad temprana... La desilusión temprana, grave, es necesaria, para que puedas escribir largas secuencias sobre el deseo frustrado" Pienso que ser un mal turista es fracasar frente a los estándares del turismo comercial y, muchas veces sin darse cuenta, triunfar en la exploración y creación de historias propias y ajenas.
Es súper interesante eso que dice Lorrie Moore. La comedia y la escritura también tienen un romance con el fracaso, la anécdotas de fallar antes de encontrar el camino correcto, son más fáciles de tener empatía que aquellas del camino perfecto, esperado y fácil.